sábado, 3 de diciembre de 2011

Que os parece

El papel que le dieron a Jacqueline para abortar decía que ella solicitaba un aborto. «¡Pero si era la médico la que me empujaba!», replica. Todavía daba el pecho a su segunda hija cuando empezó a tener dolores muy fuertes en la espalda, a los que se añadieron mareos y desmayos. La médico le mandó una radiografía y medicación; y, al no detectar nada, unos análisis. Una noche, la doctora la llamó para citarla urgentemente al día siguiente. «Me dijo que estaba embarazada, pero que no podía tener el bebé por las radiografías y la medicación. Era mejor que abortara, porque el niño vendría con problemas. Le pregunté si no había manera de comprobar que el niño estaba bien. Pero no me hizo ninguna prueba; me mandó directamente a la clínica Isadora para que me valoraran». En ese centro abortista, «me dijeron que estaba casi de seis meses. La médico me dijo que estaba casi fuera de plazo y no había tiempo para comprobar si realmente al niño le pasaba algo». Una matrona le insinuó que la médico quería evitar una denuncia si el niño nacía mal. «Yo estaba desconsolada». Pocos días antes del aborto, una prima le habló de Red Madre, «y me dieron la oportunidad de hacerme una prueba», la que tanto había pedido a los demás médicos. «El ginecólogo fue muy amable, y me dijo que el niño no tenía ningún problema. Ahora, mi hijo Alejandro tiene tres años y está enorme y precioso».

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