lunes, 9 de julio de 2012

Paseando

Camino de noche, bajo la luz de la luna y de unas farolas que tímidamente alumbran el paseo. La Luna llena brilla hermosa y se esconde entre los pocos edificios que rodean a un lado de mí caminar. Al otro, la inmensidad convertida en mar tranquila, en oleaje que calma mi alma y sosiega mi ser. A un lado la Luna y al otro la Mar, una temerosa de molestar desaparece intermitentemente. La otra rompe en silencio sus olas casi sin querer, dejando música de paz. Ambas con sus vestidos de gala, la ocasión lo merece y ellas dos no podían faltar a la cita. Entre esas majestuosidades, voy caminado sin rumbo. No estoy solo, hay más gente. Pasan a mí alrededor como pasa el viento, sin llegar a ser molesto. Más bien me acompañan, participando de ese momento. Al fondo un muro, meta de un camino que no quiero que acabe. Límite que desconozco, no se ve bien y yo no recuerdo haber estado allí nunca.. Quizás por eso tenga tanto empeño en llegar hasta él y descubrirlo. Noche de verano, viento suave de levante que remueve todo a mí alrededor agitando mis adentros. Paseo eterno por el que camino lento, porque no tengo prisas de hacerlo. .

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