lunes, 9 de julio de 2012

Paseando

Camino de noche, bajo la luz de la luna y de unas farolas que tímidamente alumbran el paseo. La Luna llena brilla hermosa y se esconde entre los pocos edificios que rodean a un lado de mí caminar. Al otro, la inmensidad convertida en mar tranquila, en oleaje que calma mi alma y sosiega mi ser. A un lado la Luna y al otro la Mar, una temerosa de molestar desaparece intermitentemente. La otra rompe en silencio sus olas casi sin querer, dejando música de paz. Ambas con sus vestidos de gala, la ocasión lo merece y ellas dos no podían faltar a la cita. Entre esas majestuosidades, voy caminado sin rumbo. No estoy solo, hay más gente. Pasan a mí alrededor como pasa el viento, sin llegar a ser molesto. Más bien me acompañan, participando de ese momento. Al fondo un muro, meta de un camino que no quiero que acabe. Límite que desconozco, no se ve bien y yo no recuerdo haber estado allí nunca.. Quizás por eso tenga tanto empeño en llegar hasta él y descubrirlo. Noche de verano, viento suave de levante que remueve todo a mí alrededor agitando mis adentros. Paseo eterno por el que camino lento, porque no tengo prisas de hacerlo. .

lunes, 2 de julio de 2012

Rescate

Me da igual si es rescate, ayuda, liberación, intervención, o lo que sea; me da absolutamente igual, y no voy a perder ni un segundo más en echar más leña al fuego de la polémica de si es o no es rescate lo que Bruselas ha hecho con el crédito de 100 mil millones de euros, en condiciones que ya veremos. No sé ustedes, pero yo tengo absolutamente claro quién va a pagar los intereses y a devolver el préstamo: ¿el Estado? ¿Pero quién es el Estado, si no usted y yo y el señor de al lado?; ¿los Bancos? ¿Pero quién son los Bancos, más que sus clientes? O sea, otra vez usted y yo y el señor de al lado. Últimamente me vengo preguntando, cuando veo que de lo que se trata es de ayudar a los pobres Bancos, ¿qué clase de empresa es un Banco? ¿Acaso es una empresa que no puede tener pérdidas, sino sólo ganancias? Cuando ganan, se reparten los dividendos; y cuando pierden, los ciudadanos tenemos que sacrificarnos para remediar el entuerto; porque, claro, son las arterias por las que circula la sangre económica del país, bla, bla, bla. El caso es que los responsables del desaguisado de las Cajas de Ahorro en España (políticos, sindicalistas, asesores) se van a su casa forrados para el resto. El que no se lleva un millón de euros, se lleva diecisiete; y yo, como la señora Gumersinda de mi pueblo, no paro de preguntarme por qué si yo gestiono mal mi tienda, mi negocio, mi empresa, tengo que pagar las consecuencias, y todos esos señores, no. Si alguien con más luces que yo me lo puede explicar, se lo agradecería, francamente.